RECOMIENDO… “El pez en el agua”
Con motivo de la reciente obtención del premio Nóbel de literatura por Mario Vargas Llosa, y la elección de su novela “Conversación en la Catedral” como lectura para el mes de enero en nuestro club de lectura, comencé a leer otro de sus libros, lo tenía en casa desde el 2005 esperando a que, entre tantas otras tentaciones, llegara su momento: “El pez en el agua”.
Se trata de un texto autobiográfico en el que con su genial estilo y maestría nos narra una parte su vida, más bien dos, por ser precisos, en su tradicional hacer discurrir las historias en paralelo (una corre en la calle de los capítulos pares mientras la otra intenta darle alcance en la calle de los impares). Los capítulos impares parten de cómo se conocieron sus padres, su nacimiento en Arequipa en el 1936, su niñez en Cochabamba (Bolivia) y su adolescencia en Lima con la repentina irrupción en su vida de su, hasta entonces difunto, padre, y así hasta su matrimonio con la “tía Julia” y su posterior viaje a Europa, alternándolos con los capítulos (impares) donde nos describe su peripecia vital de tres años inmerso en la vida política como candidato a las elecciones presidenciales de su país, de cómo se inicia esta decisión en alguien hasta entonces alejado de la política hasta su definitiva derrota frente a su rival Fujimori en junio del 1990, describiéndonos, en el camino, los entresijos de cómo se forja una campaña electoral, la gigantesca maquinaria que se pone en marcha en ella, así como una somera, pero didáctica, explicación de en qué consiste el liberalismo que él suscribe.
Por este libro he sabido la estrecha relación existente entre la vida del autor y sus argumentos literarios. Siempre he pensado que la buena literatura hunde sus raíces en la experiencia del autor, que luego fabula sobre ella, pero en el caso de Vargas Llosa he descubierto que eso va un paso más allá. “La ciudad y los perros” se alimenta de su paso por un colegio militar, el Leoncio Prado, donde lo recluyó su autoritario padre para hacer de él un hombre. “El casa verde” es el burdel de la ciudad de Piura donde vivió unos años de preadolescencia con sus tíos. De un viaje por la selva amazónica peruana, de lo que allí vio y sintió, nacieron las fábulas que nos recrea en varios de sus libros, nombraré “Pantaleón y las visitadoras” por ser uno de los más conocidos e hilarantes. Ni qué decir tiene que la tía Julia, la que fue su primera mujer, es “la tía Julia” y Mario el “escribidor”, y el enloquecido Pedro Camacho de las radionovelas trabaja en la misma emisora donde el joven Mario lo hizo para costearse sus estudios en la Universidad de San Marcos. El inicio de “Conversación en La Catedral” recrea un incidente que le aconteció a su mujer, Julia, cuando un policía le arrebató a su perrito a la fuerza, y el bar desvencijado de las afueras se llamaba en efecto “La Catedral”. Que la dictadura de Odría existió es una obviedad, pero también fue real la conversación de Mario con el hombre fuerte del régimen. De su paso por el periódico “Crónica” extrajo las descripciones de la vida del lumpen que también vierte en esta novela, la más querida de las que ha escrito según él mismo nos dice. Y así podría continuar hallando apoyos biográficos a sus ficciones.
Los capítulos pares, como ya he dicho, los dedica a su etapa política. Los que no somos peruanos nos perdemos un poco entre los nombres de políticos y otras figuras relevantes de allí, y entre las siglas para nosotros en general desconocidas, pero seguimos perfectamente el viaje interior que le lleva a la renuncia personal de su mayor placer: escribir, y también leer, por implicarse en la defensa de unos principios y valores, los del liberalismo, que podemos compartir o no, pero en los que él cree y que decide defender con honestidad.
En fin, a mí me ha parecido un libro interesantísimo, de una indudable calidad literaria, como todos los suyos, que nos sumerge en su vida y que me ha abierto el apetito de saber más de él, de lo que le ocurrió en ese intervalo que silencia entre su viaje becado a Madrid para su tesis doctoral y el año 1987 donde comienzan sus andanzas políticas. MR.
Con motivo de la reciente obtención del premio Nóbel de literatura por Mario Vargas Llosa, y la elección de su novela “Conversación en la Catedral” como lectura para el mes de enero en nuestro club de lectura, comencé a leer otro de sus libros, lo tenía en casa desde el 2005 esperando a que, entre tantas otras tentaciones, llegara su momento: “El pez en el agua”.
Se trata de un texto autobiográfico en el que con su genial estilo y maestría nos narra una parte su vida, más bien dos, por ser precisos, en su tradicional hacer discurrir las historias en paralelo (una corre en la calle de los capítulos pares mientras la otra intenta darle alcance en la calle de los impares). Los capítulos impares parten de cómo se conocieron sus padres, su nacimiento en Arequipa en el 1936, su niñez en Cochabamba (Bolivia) y su adolescencia en Lima con la repentina irrupción en su vida de su, hasta entonces difunto, padre, y así hasta su matrimonio con la “tía Julia” y su posterior viaje a Europa, alternándolos con los capítulos (impares) donde nos describe su peripecia vital de tres años inmerso en la vida política como candidato a las elecciones presidenciales de su país, de cómo se inicia esta decisión en alguien hasta entonces alejado de la política hasta su definitiva derrota frente a su rival Fujimori en junio del 1990, describiéndonos, en el camino, los entresijos de cómo se forja una campaña electoral, la gigantesca maquinaria que se pone en marcha en ella, así como una somera, pero didáctica, explicación de en qué consiste el liberalismo que él suscribe.
Por este libro he sabido la estrecha relación existente entre la vida del autor y sus argumentos literarios. Siempre he pensado que la buena literatura hunde sus raíces en la experiencia del autor, que luego fabula sobre ella, pero en el caso de Vargas Llosa he descubierto que eso va un paso más allá. “La ciudad y los perros” se alimenta de su paso por un colegio militar, el Leoncio Prado, donde lo recluyó su autoritario padre para hacer de él un hombre. “El casa verde” es el burdel de la ciudad de Piura donde vivió unos años de preadolescencia con sus tíos. De un viaje por la selva amazónica peruana, de lo que allí vio y sintió, nacieron las fábulas que nos recrea en varios de sus libros, nombraré “Pantaleón y las visitadoras” por ser uno de los más conocidos e hilarantes. Ni qué decir tiene que la tía Julia, la que fue su primera mujer, es “la tía Julia” y Mario el “escribidor”, y el enloquecido Pedro Camacho de las radionovelas trabaja en la misma emisora donde el joven Mario lo hizo para costearse sus estudios en la Universidad de San Marcos. El inicio de “Conversación en La Catedral” recrea un incidente que le aconteció a su mujer, Julia, cuando un policía le arrebató a su perrito a la fuerza, y el bar desvencijado de las afueras se llamaba en efecto “La Catedral”. Que la dictadura de Odría existió es una obviedad, pero también fue real la conversación de Mario con el hombre fuerte del régimen. De su paso por el periódico “Crónica” extrajo las descripciones de la vida del lumpen que también vierte en esta novela, la más querida de las que ha escrito según él mismo nos dice. Y así podría continuar hallando apoyos biográficos a sus ficciones.
Los capítulos pares, como ya he dicho, los dedica a su etapa política. Los que no somos peruanos nos perdemos un poco entre los nombres de políticos y otras figuras relevantes de allí, y entre las siglas para nosotros en general desconocidas, pero seguimos perfectamente el viaje interior que le lleva a la renuncia personal de su mayor placer: escribir, y también leer, por implicarse en la defensa de unos principios y valores, los del liberalismo, que podemos compartir o no, pero en los que él cree y que decide defender con honestidad.
En fin, a mí me ha parecido un libro interesantísimo, de una indudable calidad literaria, como todos los suyos, que nos sumerge en su vida y que me ha abierto el apetito de saber más de él, de lo que le ocurrió en ese intervalo que silencia entre su viaje becado a Madrid para su tesis doctoral y el año 1987 donde comienzan sus andanzas políticas. MR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario